“Publica primero, corrige después”
Una de las reglas básicas del periodismo ha sido siempre comprobar y contrastar las informaciones por diferentes fuentes antes de publicarlas. Así lo han recogido tradicionalmente los manuales de estilo, que imponen al periodista la obligación de verificar los datos y los informes que se le proporcionan para garantiar a sus audiencias una información rigurosa y honesta.
Pues bien, este principio, considerado sagrado por quienes aman y respetan la profesión periodística, parece venirse abajo si nos atenemos a los resultados de una encuesta realizada por el banco holandés ING, según la cual sólo el 20 por ciento de los periodistas que trabajan en Internet comprueban los datos antes de publicarlos.
El informe parece dar la razón a aquellos que utilizan la máxima “publica primero, corrige después”, hábito impropio de una profesión que, en esencia, pretende buscar la verdad y tiene prohibida la publicación de noticias inexactas, medias verdades, calumnias o injurias.
El estudio, dado a conocer el pasado mes de junio, señala más datos preocupantes: el 45 por ciento de los profesionales de la información prefiere subir sus textos a Internet de la forma más rápidaposible y posteriormente, sólo si es necesario, corregir o editar los textos.
Otro dato perverso que arroja el informe se refiere al uso que los periodistas hacen de las redes sociales para interesarse por los temas y debates que preocupan a sus audiencias para posteriormente publicar artículos.
Ese interés por conocer la preocupaciones de los ciudadanos está justificado, pero no tanto el hecho de que los informadores no se preocupan por contrastar o verificar si esos debates están basados en hechos o declaraciones reales.
La encuesta de ING se centra también en los profesionales de las relaciones públicas y las agencias de comunicación. Un 52 por ciento de ellos admite que desde que las redes sociales se han popularizado en las redacciones los periodistas contactan menos con ellos para comprobar los datos.