La periodista argentina Leila Guerriero confiesa que no tiene Twitter porque no necesita distracciones
Leila Guerriero, la prestigiosa periodista argentina, ha sumado su voz al grupo de escritores e intelectuales que se declaran contrarios a las redes sociales, y a Twitter en particular, como es el caso del premio Nobel de Literatura Mario Vargas Llosa o el periodista norteamericano Jon Lee Anderson.
“No tengo Twitter porque no necesito más distracciones de las que ya tengo a la hora de sentarme a escribir. Pero la principal razón es que no tengo ninguna necesidad de decir cosas todo el tiempo”, ha asegurado Guerriero en una entrevista publicada por la edición española de The Huffington Post.
Guerriero ha denunciado “esta especie de hemorragia comunicacional que atravesamos, que es adolescente y agotadora” y ha subrayado que su faceta como escritora y sus colaboraciones en la revista Sábado, en El Mercurio y en El País le bastan para decir todo lo que le interesa. “No tengo mucho más para decir. Lo que digo ya me parece suficiente y hasta demasiado”.
En la entrevista, Guerriero responde a la pregunta de si el periódico de papel tiene los días contados. “Yo creo que no, pero la verdad es que a estas alturas los que decimos que no y los que dicen que sí no respondemos tanto a datos de la realidad como a distintas expresiones de deseo (y, en algunos casos, a cuadros depresivos)”.
En su opinión, asistimos a momentos de cambio y de mucha confusión, por lo que cualquier vaticinio al respecto le parece “un poco vano”. La periodista argentina considera que “deberíamos estar preocupándonos por intentar hacerlo asquerosamente bien, cosa en torno a la que veo muy poca preocupación, antes de estar devanándonos los sesos por si lo vamos a hacer en papel o en digital o en una suela de zapato”.
“En cincuenta años”, concluye, “Internet va a ser el equivalente a los discos de vinilo. Sin embargo, estamos convencidos de que el futuro es esto y que lo que venga va a ser igual pero con leves variaciones en la velocidad de navegación y descarga. Tenemos una mirada absurdamente cortoplacista en términos de formatos. El contenido es lo que prevalece, y sin embargo casi no pensamos en él”.