Artículo de José Luis Dader, catedrático de Periodismo de la Universidad Complutense
Los medios dedicados al periodismo no pueden seguir obsesionados por la producción de contenidos propios. El futuro de su negocio está en la coordinación de relaciones sociales. Es la gente quien produce contenidos. El periodista debe escucharla, centrarse en recoger sus aportaciones y satisfacer como simple intermediario las demandas populares de servicios concretos y cercanos. Así se expresa Jeff Jarvis, uno de los gurús comunicacionales más encumbrados en estos momentos en Estados Unidos, en su reciente libro Geeks Bearing Gifts (2014: ‘Cretinos que llegan con regalos’).
José Luis Dader, catedrático de Periodismo de la Universidad Complutense, reflexiona en este artículo sobre la “doctrina Jarvis”, según la cual el hundimiento de las audiencias periodísticas no se resolverá con los lamentos por los buenos tiempos pasados. Y del mismo modo que los copistas de manuscritos tuvieron que reinventarse después de Gutenberg y los negocios de postas de caballos cambiaron de naturaleza tras la llegada del automóvil, las empresas periodísticas han de aprender cuál será su nueva función en un mundo digitalmente hiperenlazado.
“A Jarvis”, mantiene Dader, “le parece natural y positivo que ya no existan audiencias masivas y fieles ligadas a un productor centralista y prepotente de contenidos de actualidad. En su lugar, proliferan nuevos surfeadores de información que rastrean en múltiples fuentes, agregan y distribuyen lo que les llama la atención en cada momento y comunican sus propias observaciones a quienes quieran seguirles sin pasar por el estrecho filtro de unos pocos redactores-jefe”.